domingo, 17 de enero de 2010

CERRANDO CIRCULOS


Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.
Si insiste en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierde la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quiera llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó con su trabajo?, ¿Se acabó la relación con esa persona que alguna vez fue muy “especial”?, ¿Ya no vive más en esa casa?, ¿Debe irse de viaje?, ¿La amistad se acabó? Puede pasarse mucho tiempo de su presente "revolcándose" en los por qué? En rebobinar el casete e intentar entender y preguntarse y preguntarse , ¿por qué sucedió tal o cual hecho?. El desgaste va a ser infinito. Porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanos, todas y todos estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas o con momentos de nuestra vida y continuar adelante. No podemos estar viviendo en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos ¿Por qué? Lo que sucedió, ¡!! Sucedió!!! y hay que soltar, hay que desprenderse de lo que alguna vez ocurrió.

No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni continuar siendo empleados de empresas inexistentes, ni mantener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡!! No!!! Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, deshacernos de ciertos regalos, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, vender o regalar ciertos libros, romper fotografías. Los cambios externos que nosotros realizamos, pueden simbolizar procesos interiores de superación. Eso significa, ¡!! Dejar ir, soltar, desprenderse ¡!!

En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No esperes que le devuelvan. No espere que le reconozcan. No espere que alguna vez se den cuenta de quién es usted. No espere que le reconozcan lo que vale o lo que alguna vez realizo.

Suelte el resentimiento. Abandone el habito de prender "su televisor personal" para repetir y repetir el mismo asunto. Lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si usted anda por la vida dejando "puertas abiertas" por si acaso, o por un tal vez… nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción. Tal vez nunca disfrutara su presente, por que vivirá su presente añorando el pasado. O vivirá su presente odiando o lamentándose por su pasado Noviazgos, amistades o emparejamientos que no se clausuran. Dejar posibilidades para tal vez "regresar" ¿A qué?
Necesidad de aclaraciones. Palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron... ¡Si puede enfrentarlos y solucionarlos ahora, ¡ Hágalo ! Si no, déjelo ir, cierre el capítulo.

Dígase y repítase a usted mismo que ¡No! , que no vuelve a lo mismo. Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio.

Usted ya no es el mismo que se sentó len esa silla hace un momento. No es el mismo que se fue hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo, ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Todo cambia. Es salud mental, amor por usted mismo el desprender y dejar atrás lo que ya no está en su vida. Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir.
¡ Solo la vida ¡ .

Porque cuando usted vino a este mundo "llegó" sin ese agregado. Por lo tanto es "un viejo habito" vivir pegado a él.
Y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el agregado humano, mental o físico que hoy le cuesta trabajo y hasta le duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse. Y, humanamente, se puede lograr porque, le repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es hábito, apego, necesidad mental o emocional. Por eso... cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte, deje ir, camine hacia delante…

Todas esa palabras son equivalentes a salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.
¡Esa es la VIDA!
¡Cierre círculos!

P. Coello

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